Quise soñar, y soñé.
Que aunque lloviera,
no lo hacia por tristeza.
El agua hacia brotar
la madera vieja.
El tiempo, invertía
su mecánica compleja.
Quise soñar, y soñé.
Que vencías a tu
propia mutación.
retomábamos aquella
conversación. Sobre
que era vida sin
importar su continuación.
Quise soñar, y soñé.
Que volvíamos a
labrar los campos.
Soñé, con tu silueta
llenando el vació
del sillón donde
ella nunca se sentó.
Soñé, Soñé despierto,
intentando escuchar tus
palabras en el viento.
Me enseñaste a soñar,
desde tu sueño eterno.
A la memoria de Luis González.
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