lunes, 3 de noviembre de 2014

jardín de la adicción

El siempre había presumido de cuanto le gustaba pasear por los parques y ser compañía de cuantas flores allí habitaban. Mentía, siempre le supieron a poco. Su olor, textura o belleza nunca eran lo suficientemente atractivas para el. Quería mentirse a si mismo pero la única planta que el quería era la que se hallaba en su jardín privado. Un ser tan delicado que solo podía crecer entre unas paredes muy limitadas.

Cada vez que el intentaba darle un cuidado distinto al que ella precisaba, se encerraba en si misma y empezaba a marchitarse. Tan solo en los días mas soleados dejaba crecer sus raíces fuera del perímetro asignado, para luego dejarlos pudrirse al mas mínimo atisbo de nube. Era la flor mas delicada que nunca había tenido entre sus manos, y eso le hacia sentirse especial. Muchos lo habían intentado pero solo el sabia salir airoso de sus cuidados sin que esta le clavase su espina final, y lo mandara al cementerio de por vida.

Yo nunca llegue a entender su fascinación por esta planta, hasta el día que me lo confeso. Dice que cuando esta en flor, su néctar es el mas poderoso de los estupefacientes, el mayor subidón de adrenalina que experimentaras nunca. "Si lo pruebas, nunca podrás olvidarlo" me decía con sus ojos salidos de sus órbitas.

Quería probarlo, la fascinación de sus ojos no engañaba a nadie. Me dijo " adelante, inténtalo, yo no soy su dueño, pero dudo mucho de que sepas hacerla florecer...."

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